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Empresas y expertos ven desafíos para la seguridad del sistema eléctrico ante idea de anticipar a 2035 salida de carboneras
De las 28 unidades a carbón que operaban en Chile en 2018, cuando se acordó el plan de salida de las carboneras a más tardar en 2040, actualmente quedan 17 operando. De ellas, sólo tres no tienen planes definidos de reconversión y son vistos como activos claves para el sistema. Consultores visualizan “cuesta arriba” adelantar la salida de esas unidades y piden conocer los fundamentos técnicos que inspiran la propuesta de gobierno.
Durante el segundo semestre de este año ingresaría al Congreso el proyecto de ley de descarbonización acelerada que anunció el Presidente Boric en su última Cuenta Pública, que busca anticipar la salida de las termoeléctricas a carbón de la matriz energética al “2035 o antes”.
El anuncio gatilló altas expectativas en el mundo de la generación renovable, pero levantó alertas entre los actores más tradicionales, especialmente entre las empresas que cuentan con carboneras operativas y que aún no han definido por completo los planes para reconvertir sus unidades.
Una revisión del estado de situación en la materia muestra que, de las 28 centrales que se contabilizaban en 2018 -cuando el gobierno de Sebastián Piñera acordó con las generadoras la salida programada de las carboneras a más tardar para 2040-, actualmente quedan 17 unidades operando.
De ellas, 14 ya han trazado planes y fechas para dejar de operar a carbón, y sólo tres no han definido aún si adoptarán planes de reconversión o simplemente se desconectarán. Aunque lo segundo parece improbable.
En esa lista corta, están las dos unidades de la central Cochrane, de Aes Andes, filial de la norteamericana Aes Corporation. Dado que empezaron su operación en 2016, son vistas por la firma como activos que “desempeñan un papel fundamental para garantizar la estabilidad y fiabilidad de la red, apoyar la integración de las energías renovables en Chile y acelerar la descarbonización”, según detalló Aes en su última presentación a inversionistas, el 28 de mayo.
Es que junto a Angamos, cuyo plan de retirada -el proyecto Alba- contempla una reconversión utilizando sales solares para ser calentadas con energía eléctrica proveniente de fuentes renovables, totalizan 1.108 MW en capacidad instalada. Eso sí, son los últimos megavatios de los más de 3.000 que la compañía tenía en 2017. Consultada por la iniciativa del gobierno, desde Aes Andes puntualizaron que “la única manera de avanzar en la descarbonización en el sector eléctrico es acelerando el desarrollo de la infraestructura habilitante.
Para ello, nuestra compañía, como todo el sector, ha hecho inversiones muy destacadas durante los últimos años reduciendo las emisiones por generación a menos de la mitad y permitiendo alcanzar peaks de generación renovable por encima del 90%. Es por esto que consideramos que toda iniciativa que sirva para acelerar la ejecución de los proyectos renovables y de transmisión es muy bienvenida”.
No obstante, agregaron que “desde Aes seguimos invirtiendo fuertemente en Chile para transformar nuestro portafolio, sin perder nunca de vista la importancia de mantener como pilar fundamental de la transición energética la seguridad del Sistema Eléctrico Nacional”.
La tercera unidad que aún no define su reconversión es la Santa María, de Colbún. La única central a carbón del grupo Matte en Chile inició sus operaciones en 2012, y pese a que la compañía ha evaluado alternativas para darle continuidad a la unidad de 350 MW sin carbón, hasta el momento no ha comunicado una decisión.
Consultada por Pulso, desde Colbún afirmaron respecto de la propuesta de adelantar la salida de las carboneras a 2035 que ello requiere de asegurar condiciones clave, como la seguridad del sistema eléctrico, entre otras materias.
“Una transición energética responsable demanda importantes inversiones en la infraestructura habilitante necesaria que permita seguir avanzando hacia una matriz de generación sin emisiones, manteniendo a la vez adecuados estándares de seguridad y competitividad del sistema eléctrico. Todo lo que contribuya en esa dirección y permita cumplir con esas tres condiciones -sustentabilidad, seguridad y competitividad- es un avance, lo que cobra aún más relevancia después del apagón del 25F”, indicaron.
Por su parte, el director ejecutivo de Generadoras de Chile, Camilo Charme, sostuvo que el anuncio del Presidente Boric “abre una conversación necesaria para el país, pero se debe abordar con responsabilidad y realismo”. En esa línea, planteó que “avanzar más rápido exige más que voluntad. Requiere asegurar condiciones habilitantes tanto regulatorias como de infraestructura material, que hoy aún presentan importantes brechas”.
“No se puede comprometer el retiro de nuevas centrales sin contar con garantías efectivas de seguridad y flexibilidad en la operación del sistema eléctrico. Esto implica disponer de infraestructura adecuada de respaldo, almacenamiento, transmisión y una operación modernizada del sistema eléctrico”, enfatizó.
“Como industria de generación eléctrica invitamos a que esta discusión se desarrolle con una mirada técnica, sin simplificaciones ni premuras, y con sentido de responsabilidad sistémica. La seguridad del suministro debe ser el marco desde el cual se analicen las decisiones futuras. El compromiso con la transición energética sigue firme, pero debe construirse sobre bases sólidas, medibles y verificables”, concluyó.
“Cuesta arriba”
Algunos expertos fueron más escépticos sobre la idea de anticipar la salida de las carboneras. Daniel Salazar, socio director de EnergiE, dijo que “el 2035 es una fecha que está muy cerca, está a la vuelta de la esquina, y se ve cuesta arriba fijarse un objetivo tan ambicioso como el que pretende este proyecto de ley”. Y aunque destacó la idea de querer “acelerar algunas iniciativas, vigilar, monitorear los permisos sectoriales, autorizaciones y otros asuntos que tengan que resolver los proyectos que se quieran priorizar”, afirmó que “aún así, es cuesta arriba”.
En su visión, es más necesario “reducir incertidumbre y eliminar distorsiones” que han surgido en los últimos años en el sector. “Hay que recuperar la confianza y credibilidad de los PPA regulados. Eso se destruyó en los últimos años y fue la clave del desarrollo de las energías renovables”, indicó.
Ramón Galaz, director ejecutivo de Valgesta, criticó incluso la falta de “fundamento” para la iniciativa. “No conocemos los antecedentes técnicos que hay detrás para hacer la propuesta que se hizo”, señaló, recordando que “cuando uno analiza lo que pasó en el 25F, quedó en evidencia de que si bien la falla fue bien identificada, y se conocen las razones, lo que más preocupa es el tiempo que demoró la recuperación del servicio”.
En esa línea, planteó que la denominada ‘reserva rodante’ del sistema, que es “el aporte que dan a la seguridad las centrales térmicas, es un tema que hay que discutir y analizar, y cuando dicen ‘vamos a cerrar la totalidad de las carboneras al 2035′, uno lo que al menos espera es que existan los antecedentes técnicos suficientes para decir que es una buena decisión esa fecha de cierre. Y eso hoy día no existe”.
Fuente/Pulso/LaTercera
Chile Minería
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